A días de haber firmado el Acuerdo de Escazú, tanto la Superintendencia del Medio Ambiente como el Servicio de Evaluación Ambiental, están acéfalos. Ello, como consecuencia que el gobierno solicitó la renuncia de su director, Cristóbal de la Maza, para formar equipos de trabajo ad hoc a las actuales necesidades gubernamentales. Por su parte, Hernán Brücher, director Ejecutivo del Servicio de Evaluación Ambiental, había renunciado previamente. Ambos cargos son de exclusiva confianza del Presidente en ejercicio.
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