Sobre los dichos de Robert Kennedy y la película Oppenheimer | Publimicro

Sobre los dichos de Robert Kennedy y la película Oppenheimer


Sebastián Fuentes Barraza
Sociólogo

Si la película Oppenheimer se transformó en la más esperada de este año y es ahora de las más vistas y comentadas, es porque la audiencia reconoce que trata sobre lo más fundamental de la historia humana: el progreso científico y moral de la civilización. En la película, observamos un proyecto secreto de construcción de una bomba capaz de reducir a escombros a una ciudad en segundos. Son pocos los hombres que la fabrican y debaten sus consecuencias; la mayoría no podría entender el proceso de fabricación y lo encontraría demasiado fantástico para ser real.

A propósito de ciencia y fantasía, hace unas semanas, Robert Kennedy, político estadounidense de la estirpe de los Kennedy, declaró según consigna el diario El País lo que sigue sobre el covid-19: “existe un argumento que dice que está dirigido a etnias. Ataca a ciertas razas de forma desproporcionada (…) está dirigida para atacar a los caucásicos. Los más inmunes son los judíos askenazis y los chinos”. Estas palabras de Kennedy, fueron inmediatamente vilipendiadas. Tachadas por xenófobas y discriminatorias contra judíos y chinos, se olvida tacharlas en su posibilidad científica.

¿Es posible que el progreso científico haya sido capaz de aislar un virus y diseñarlo para atacar personas, y más aún, por composiciones genéticas? Aunque sea fantástico de creer, no se trata de creencias sino de posibilidades. El diario Daily Mail, basado en archivos confidenciales interceptados (China ha ocultado información), llegó a la tesis de que el Covid 19 fue desarrollado por China como parte de un proyecto secreto de creación de armas biológicas. La investigación no hizo referencias a que ataque a determinadas etnias.

De ser posible que un virus ataque a determinadas etnias, se podría preguntar las utilidades que podría tener un arma biológica de este tipo y si alguien estaría dispuesto a usarla. Para ello, se podría consultar a grupos de talibanes si la utilizarían para reducir el número de “infieles” que hay en el mundo. La respuesta es esperable.

El telón de fondo que proporciona la actual política de inmigración forzada que promueve la Unión Europea, también nos ayuda a estimular la imaginación en relación a un arma biológica que ataque etnias determinadas. Por ejemplo, Bélgica tiene hoy un 65% de población de ascendencia belga y el 35% restante o tiene ascendencia extranjera o aún no tiene la nacionalidad belga (la mayoría de extracomunitarios son marroquíes). Un entusiasta de la ciencia ficción podría ya ensayar una historia en la que un loco científico marroquí diseña un virus destinado a atacar caucásicos. Al final, pasa un país de una etnia a otra, sin disparar una bala y sin ningún movimiento geográfico.

Aún hoy, esto puede parecer demasiado fantástico, aunque la humanidad ya ha sido capaz antes de fantasías del mismo calibre. No se pueden hacer más que todo tipo de suposiciones y ficciones mientras en las sombras, grupos de científicos trabajan en secreto expandiendo los límites de la ciencia y la moral.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.

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