La tragedia de Israel y Palestina: pedir la paz | Publimicro

La tragedia de Israel y Palestina: pedir la paz


Sebastián Fuentes Barraza
Sociólogo

Mucho se ha escrito estos días sobre la tragedia que acontece en Israel y Palestina. Reseñas históricas, análisis y opiniones llenan los periódicos y las redes sociales. Vemos a Iván Poduje escribir que quienes callaban, sean progresistas, feministas o del Gobierno, eran una “porquería”; a Tomas Jocelyn Holt llamar “pajero” al presidente de nuestro país, por la demora de su comunicado; y a Fernando Villegas hacer un análisis justificando la muerte de civiles palestinos, porque es muy difícil diferenciarlos de los terroristas. Está bien, en tamaña tragedia, es fácil caer en la frivolidad; ahora mismo, tomo el riesgo de ser otro frívolo, acaso con la esperanza de decir lo único que moralmente creo que se debiera decir, esto es: abogar por la paz y el cese de muertes de civiles inocentes.

Podemos interpretar que eso fue lo que intentó hacer el Ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren. En sus declaraciones, primero manifestó el repudio antes las acciones de Hamas, para luego expresar textualmente, que “el uso de la fuerza contra civiles nunca es aceptable en los conflictos armados (…) eso vale para Hamas, el Estado de Israel y cualquier otro actor”. El ministro fue muy criticado por esta declaración, al parecer, habría un problema en poner juntos en un párrafo a Hamas y al Estado de Israel, pues igualaría sus formas de actuar. Interpretación mañosa si las hay.

Otra interpretación mañosa, es acusar a quienes piden la paz de ser “tibios”. Con esa lógica, algunos promueven el enfrentamiento armado que sucede en estos precisos instantes, pues no habría otro camino. Les diría a aquellos, que la fuerza ya hizo lo suyo, ya sabemos de qué lado domina la fuerza, y de no haber otra solución, en definitiva, ¿qué se pretende? ¿la destrucción total de Gaza con sus dos millones de habitantes? Ya habiendo actuado la fuerza, lo que ha faltado es que actuara la inventiva de los líderes internacionales para un armisticio, y esto, es una vergüenza para los organismos internacionales, que tienen velas en este entierro.

En vez de buscar réditos de este sufrimiento ajeno, mejor es alejarse de los análisis frívolos, (en los que pudiera estar incluida esta columna), y leer a sabios de la antigüedad, de espíritus elevados y lejos de la mediocridad de nuestros días. A propósito de esa tierra en disputa, nos dejó escrito el salmista: “Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: la paz sea contigo”.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.

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