Polémica generaron los últimos y polémicos antecedentes dados a conocer por el fiscal Héctor Barros, donde reconoce que existiría un móvil político en el secuestro y asesinato del exteniente venezolano Ronald Ojeda, y que los autores materiales se encontrarían en Venezuela. Tras ello, los diputados UDI, Cristián Labbé y Gustavo Benavente, reclamaron que sería “insostenible” e “imposible” que un comunista esté en la presidencia de la Cámara de Diputados, mientras ese partido mantenga vínculos con “el chavismo y particularmente con Nicolás Maduro”. Los legisladores gremialistas afirmaron que el vínculo “ideológico entre Maduro y el PC local son indisolubles y el presidente de esa colectividad se ha negado a reconocer que en Venezuela no existe una democracia, sino que un régimen dictatorial que se sustenta en el tráfico de drogas y en la ideología comunista”. “Así entonces se hace insostenible que el PC quiera presidir la Cámara Baja”, sostuvieron Labbé y Benavente, junto con hacer un “llamado a todos los sectores políticos con sentido democrático, que no les entreguemos un espacio de discusión de leyes al PC”. “Tener al PC en la presidencia de la Cámara sería un absurdo, una contradicción ideológica vital en la protección de nuestra soberanía”, cerraron los diputados UDI.
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