Tres sangrientos ataques, en tres ciudades distintas israelíes, que arrojaron un saldo de 11 fallecidos en tan sólo una semana, generaron tensión máxima entre las autoridades hebreas. Cinco personas resultaron fallecidas en un atentado en la ciudad de Bnei Brak, otras dos en un ataque a la ciudad de Hadera y 4 en la ciudad de Beersheva. Neftali Benet, Primer Ministro de Israel, señaló que “una ola de terrorismo árabe asesino” está amenazando la seguridad del país y alentó a los ciudadanos a defenderse.
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