Bolivia inicia una nueva era política con la investidura de Rodrigo Paz Pereira como presidente, un evento que simboliza el fin de casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo y el comienzo de un gobierno de tendencia centrista. Paz ha prometido abrir el país al mundo, enfocándose en restablecer relaciones diplomáticas con naciones democráticas y alejándose de antiguos aliados ideológicos. La ceremonia de toma de posesión, celebrada en La Paz, contó con la presencia de destacados líderes internacionales, incluidos los presidentes de Argentina, Chile, Ecuador, Paraguay y Uruguay, así como representantes de Estados Unidos, lo que subraya un cambio significativo en la política exterior boliviana. Este giro se evidencia en el restablecimiento de lazos con Washington, rotos desde 2008, y en gestos de diálogo con países vecinos como Chile, con quien las relaciones han estado tensionadas por disputas marítimas. Paz, electo con el 54,96% de los votos en segunda vuelta, asume en un contexto de crisis económica y se compromete a implementar políticas de ‘capitalismo para todos’, priorizando inversiones y estabilidad. Sin embargo, su gobierno excluirá a regímenes no democráticos, como Cuba y Venezuela, reforzando un enfoque en la democracia y la cooperación internacional para impulsar el desarrollo nacional.
Síguenos en:
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis
