Tras la captura, por parte del Ejército y la Guardia Nacional mexicana, de Ovidio Guzmán, un presunto narcotraficante buscado por Estados Unidos y uno de los hijos del exjefe del cártel de Sinaloa Joaquín «El Chapo» Guzmán, el infierno se desató en México. Tras una operación de inteligencia, realizada antes del amanecer de este jueves, se desencadenaría una ola de tiroteos y bloqueos de carreteras en todo el oeste del estado occidental. Uno de los hechos más peligrosos ocurrió en el aeropuerto de Culiacán, donde una aeronave de Aeroméxico, fue alcanzada por los disparos de narcotraficantes, que en ese momento disparaban contra un avión de la Fuerza Aérea Mexicana que carreteaba por la pista, minutos antes de despegar. Al interior de la nave civil, que tuvo la mala fortuna de cruzarse en la línea de fuego de los delincuentes, pasajeros y tripulación debieron protegerse de las balas, no registrándose afortunadamente víctimas fatales ni heridos.
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