La ciudad de Corrente, en el noreste de Brasil, tuvo una inusual experiencia, cuando un pequeño mono provisto de un arma blanca, por más de una semana ingresó a las casas a robar comida y ropa. Alejandro Guerra, testigo de las andanzas del “primate delincuente”, tomó fotos para inmortalizar los malos hábitos del animal. “Con este ladrón, no se podía dejar las puertas o ventanas abiertas”. El Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (Icmbio) lo capturó, le puso un microchip y lo tiene en rehabilitación.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis