En respuesta a la decisión de la Unión Europea y la G7, de definir un valor tope al barril de petróleo de 60 dólares, con el fin de perjudicar las arcas rusas por la invasión a Ucrania, la OPEP tomó una iniciativa ventajosa a sus fines. La alianza de 23 países exportadores de petróleo, incluyendo a Rusia, tomó la medida de no aumentar la producción del crudo, sino mantener los mismo niveles de hasta ahora, para poder subir el precio de este debido al incremento de la demanda, que se aplicará hasta el primero de febrero, cuando se reúnan nuevamente. Esta opción se alza como una alternativa a lo que Rusia pensaba aplicar que era, simplemente, embargar la venta del combustible a los países que habían optado por apoyar los 60 dólares por barril.
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