La montaña más alta del mundo, el Monte Everest, ha cobrado este miércoles su octava víctima mortal este año, tras conocerse la muerte del escalador indio de 46 años, Banshi Lal. El Monte Everest, que se eleva por sobre los 8.849 metros sobre el nivel del mar, ha sido conquistado más de 6.600 veces desde que Tenzing Norgay y Sir Edmund Hillary, alcanzaron su cumbre por primera vez hace 71 años. Desde que comenzaron los registros en 1922, al menos 322 personas han muerto en el ascenso o descenso del Monte Everest, según The Himalayan Database. La tasa media de mortalidad en el gigantesco macizo, ha aumentado a 6,4 por año desde principios de siglo. Expertos explican que las duras condiciones del Everest pueden provocar el mal agudo de montaña (MAM), agotamiento, enfermedades no relacionadas con el AMS y exposición a los elementos propios del escalamiento que, con frecuencia, son los principales responsables de provocar muertes súbitas. Los escaladores también corren el riesgo de sufrir edema pulmonar de gran altitud y edema cerebral de gran altitud. En particular, el año 2023 marcó el peor de la historia en cuanto a muertes en el Everest, con un récord de 18 muertes.
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