Bastó que se acercara a los hinchas apostados afuera del hotel de “La Roja”, para que se armara el caos. Lo vivido este miércoles por decenas de fanáticos del seleccionado nacional, es simplemente idolatría a Benjamin Breteron, el atacante anglo-chileno, que sólo con saludarlos, sacarse fotos y firmar autógrafos, forjó la “Breretonmanía”, una adicción fatal hacia quien todos apuestan a que clasifique a Chile para el Mundial de Qatar.
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