Fue un drama no apto para personas sensibles. Con un libreto escrito por el mejor guionista de películas de terror, el partido entre Argentina y Países Bajos, paralizó al planeta entero. Jugando su mejor partido del Mundial, Leonel Messi, no sólo condujo los destinos de la albiceleste hacia la merecida victoria, sino que además hizo historia en Qatar. El astro trasandino marcó de penal en el empate 2-2 entre Argentina y Países Bajos e igualó a Gabriel Batistuta en diez tantos, como máximo goleador argentino en Copas del Mundo. De ahí en adelante, el partido se puso complicado para todos, especialmente para el árbitro. 16 tarjetas amarillas se mostraron en el encuentro, ocho para cada equipo, incluyendo la expulsión de Dumfries por doble amarilla. En los tiempos agregados, ambos cuadros no se hicieron daño y tuvo que llegar los penales para dirimir el ganador, que la diosa fortuna, en este caso, optó por la abiceleste, en desmedro de los tulipanes.
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