Si hasta ahora, la noticia era ver cómo los chilenos viajaban desde distintos puntos del país, hacia los Supermercados mayoristas en Argentina, atraídos por la diferencia del cambio que les favorecía, hoy la situación se revirtió. Ahora, se está dando un hecho impensado en las calles de Santiago. Son los comerciantes ambulantes argentinos que están llegando a Chile y ya se instalaron informalmente en el barrio Meiggs en Santiago, para ofrecer distintos productos que traen desde su país. Es así como marcas de aceite, salsas de tomate y té a precios muchos más accesibles que los que ofrecen los grandes comercios chilenos, se están volviendo los favoritos de los compradores en este barrio. El hecho no pasó inadvertido en la prensa argentina, que ha mostrado la nueva forma irregular de comercio entre ambos países. Los vendedores trasandinos saben que existe el riesgo agregado, que los Carabineros requisen todos los productos por no tener permisos para comerciar, pero, según sostiene un vendedor mendocino “la necesidad vence al temor”.
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