Tras decretarse estado de emergencia nacional el 5 de enero, debido a las protestas, saqueos, decenas de fallecidos y acciones vandálicas contra inmuebles del gobierno, generadas por el aumento del valor del combustible, Kazajistán entró en una gravísima crisis. El Estado ruso, por medio del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), integrado por otros 5 países que formaron parte de la ex Unión Soviética, decidió enviar sus llamadas “fuerzas de mantenimiento de la paz”, para sofocar las manifestaciones.
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