Tras la muerte de la figura clave detrás de los ataques del 11 de septiembre, el jefe de al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri, las dudas de quién ayudó a EEUU a asesinarlo, se han hecho presentes. Ultimado por un misil especial R9X Hellfire en Kabul el domingo, su eliminación ha dado lugar a especulaciones sobre quién reveló su ubicación a la inteligencia estadounidense. A los líderes talibanes les preocupa que una fuente interna sea el origen de esta filtración, sobre todo si había 25 millones de dólares de recompensa. Los expertos opinan que Pakistán tuvo un papel clave.
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