Tras el decomiso y una quema mal controlada de una tonelada de marihuana, descubierta en el Estado de Antioquía, la que sería incinerada en el cuartel militar de Pedro Nel Ospina, la policía colombiana jamás imaginó que el viento los haría vivir un hecho más que vergonzoso. Las fuertes corrientes reinantes, llevaron el humo de la mariguana quemada, directamente hasta la misma ciudad de Bello, provocando que miles de habitantes, incluyendo niños y adultos mayores de la zona, se “drogaran” inhalándolo. Autoridades de Salud, informaron que se atendieron a cientos de personas con vómitos y mareos.
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