Luego que se registrara una histórica temperatura de 40º Celsius, en un país que no sabía de este tipo de calores, Reino Unido tuvo que declarar por primera vez una alerta por calor extremo. Los rieles de tren se han deformado, e incluso incendiado los travesaños de madera, provocando llamas que debieron ser apagadas. El asfalto del aeropuerto de Luton, cerca de Londres se derritió, debido a que no está construido con polímeros que resistan el calor. El mismo metro londinense se ha transformado en un verdadero horno para los pasajeros.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis