Cerca de unas 250 ballenas pilotos murieron, luego de que quedaran varadas el viernes pasado, en la remota isla de Chatham, perteneciente a Nueva Zelanda, sin que nadie pudiera hacer nada por rescatarlas, debido a la masiva presencia de tiburones. “Todas las ballenas varadas resultaron muertas, y se dejará que sus cuerpos se descompongan in situ de manera natural», señaló el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda. En 1918, se registró el mayor varamiento de ballenas de esta especie, en la misma isla. En esa oportunidad fueron unos 1.000 cetáceos quienes perdieron la vida en el mismo lugar.
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