China impuso fuertes sanciones económicas a dos organizaciones estadounidenses y sus directores, como represalia porque Washington recibió a la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. El Instituto Hudson, con sede en Washington, y la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, con sede en California, tendrían prohibida cualquier cooperación, intercambio o transacción con instituciones y personas de China. La reunión de Tsai con el presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., tuvo lugar precisamente en la Biblioteca Reagan, en colisión con las repetidas advertencias de Beijing a Washington de que la reunión no debería realizarse, ya que la isla es considerada una provincia rebelde por parte de China continental.
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