Desde la llegada del presidente Javier Milei al poder en Argentina, el país ha experimentado cambios económicos significativos. Las políticas implementadas por el gobierno, incluyendo la devaluación de la moneda y la reducción de subsidios estatales, han agudizado una crisis económica ya existente. Esta situación ha afectado duramente a los sectores más vulnerables de la sociedad, incrementando la pobreza y deteriorando el poder adquisitivo general. A pesar de los esfuerzos gubernamentales por controlar la inflación, que sigue siendo una de las más altas del mundo, el impacto en la economía real ha sido notable, reduciendo el empleo y afectando el consumo. Los ciudadanos se enfrentan a desafíos diarios significativos para cubrir necesidades básicas, en un contexto donde la asistencia social es insuficiente para mitigar los efectos de estas políticas. Estos cambios han generado un amplio debate sobre la dirección económica del país y sus consecuencias a largo plazo para la estabilidad social y económica de Argentina.
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