En un contexto de creciente tensión internacional, los presidentes Vladimir Putin de Rusia y Nicolás Maduro de Venezuela sostuvieron una llamada telefónica el 11 de diciembre, marcando un momento significativo en las relaciones bilaterales y la dinámica geopolítica global. Según comunicados oficiales del Kremlin, Putin expresó su firme apoyo al pueblo venezolano y a las políticas del gobierno de Maduro, reafirmando el carácter estratégico y ascendente de la alianza entre ambas naciones. Esta conversación se enmarca en un escenario donde Estados Unidos ha intensificado sus acciones contra Venezuela, incluyendo la incautación de un barco petrolero bajo sanciones y el despliegue militar en la región, lo que ha elevado las preocupaciones sobre una posible escalada de conflictos. La llamada también abordó proyectos conjuntos en áreas clave como economía, comercio y energía, consolidando acuerdos previos como el pacto de asociación estratégica firmado en mayo. Paralelamente, la situación interna venezolana se complica con la salida de la líder opositora María Corina Machado hacia Oslo para recibir el Premio Nobel de la Paz, desafiando las restricciones gubernamentales. Estados Unidos, por su parte, ha catalogado a Maduro como una amenaza a la seguridad nacional, aumentando recompensas por su captura y designando al Cartel de los Soles como organización terrorista.
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