Categóricos fueron los descargos del sacerdote jesuita Felipe Berríos, frente a las cuatro denuncias y tres relatos de conductas impropias de índole sexual que supuestamente lo involucran. “Nunca me he aprovechado de mi posición de sacerdote”, señaló Berrios. La abogada María Elena Santibañez, por encargo de la Orden Compañía de Jesús, realizó la investigación canónica y emitió un informe entregado el 20 de agosto, donde se señala “la verosimilitud” de actos de connotación sexual que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes. El resultado del informe fue enviado a Roma.
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