87 belugas, 11 orcas y 5 crías de morsa fueron liberadas desde la “Cárcel de ballenas”, ubicada en el mar de Ojotsk, en Rusia Oriental. Las instalaciones fueron derribadas, para que nadie más las vuelva a ocupar como lugar de cautiverio de cetáceos. La orden fue dada directamente por Putin. El recinto funcionaba desde el 2019 y fue un verdadero dolor de cabeza para el mandatario ruso, que es un férreo defensor de los animales.
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