Un affaire de aquellos, protagonizó Austria, en el marco de la celebración de la asamblea de invierno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa que se realiza en Viena. El bochorno fue haber invitado, pese a los cientos de recomendaciones internacionales a que no lo hiciera, a una delegación rusa, motivo que obligó a la representación ucraniana a quedarse en el hotel, para no encontrarse con sus actuales enemigos. “Tenemos dignidad, honor y no somos marionetas en un espectáculo ruso”, señaló Mykyta Poturarev, Jefe de la delegación ucraniana. Austria, intentando ser neutral, otorgó visados de entrada a los rusos para que ingresaran a suelo europeo, pese a las restricciones que se han establecido, desde el comienzo de la guerra en Ucrania. El país huésped no quiso hacer caso de las recomendaciones dadas por los otros países de la Comunidad Europea y aceptó el ingreso de la delegación del gobierno de Moscú que consta de 9 delegados.
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