Corea del Norte disparó el viernes temprano un nuevo misil balístico y 170 rondas de proyectiles de artillería hacia el mar, además de planificar el vuelo de aviones de combate cerca de la tensa frontera con Corea del Sur. Con ello, lo único que logró fue aumentar aún más las animosidades provocadas por el reciente aluvión de pruebas de armas de Pyongyang. Los movimientos del régimen comunista norcoreano, sugieren a los expertos, que estuvieran reviviendo un viejo truco de jugadas de guerra, azuzando con pruebas de armas provocativas, antes de intentar obtener mayores concesiones de sus rivales.
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