Un crecimiento mundial del 2,9 %, en vez del 4,1% esperado antes de la guerra en Ucrania, es la expectativa global proporcionada por el Banco Mundial. Esto repercute en un marcado período de “estanflación” (aceleración de la inflación y nulo crecimiento) que sufrirán varios países del mundo, y especialmente difícil será para las economías en vías de desarrollo. La guerra ha traído aumento en materias primas, problemas de suministros alimenticios, además de los coletazos de la pandemia entre otros hechos no deseados.
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