“La mayoría de los cálculos renales pueden ser expulsados por su cuenta. Sin embargo, los cálculos renales que son demasiado grandes para ser expulsados por sí solos o que causan sangrado, daño renal o infecciones urinarias recurrentes pueden requerir tratamiento quirúrgico”, afirma el doctor Aaron Potrezke, urólogo de Mayo Clinic, en Rochester, Minnesota, quién, explica algunas de las opciones quirúrgicas para extirpar los cálculos renales. “En los últimos años, hemos estado trabajando cada vez más para hacer que la cirugía sea aún menos invasiva”, dice el Dr. Potretzke. Una de las más comunes es la ureteroscopia. “Utilizamos una cámara muy pequeña, del tamaño de un cable telefónico, para ingresar a través del tracto urinario y visualizar el cálculo, ya sea en el uréter o en el riñón, o a veces incluso en la vejiga. “Y luego, si fuera necesario, romperíamos ese cálculo, generalmente con un láser, y luego sacaríamos las piezas individuales” Otra opción mínimamente invasiva es la cirugía percutánea, que se puede recomendar para eliminar cálculos renales muy grandes. “Realizamos una pequeña incisión, generalmente del ancho de un dedo, en la espalda del paciente, y luego utilizamos instrumentos y cámaras más grandes para examinar el riñón y romper esos cálculos”, dice el Dr. Potretzke, quién enfatiza que los médicos de Mayo Clinic continúan esforzándose por hacer que estas incisiones sean aún más pequeñas.
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