Con 9,6 toneladas de asbesto, 644 toneladas de tintas y otras sustancias tóxicas, en sus bodegas, fue hundido el Portaaviones brasileño “Sao Paulo” en las aguas del Atlántico. Pese a los consejos de varios organismos que señalaban lo dañino que sería para la vida marina, echar a pique un portaviones con desechos tóxicos, el gigante sudamericano hizo oídos sordos y hundió este viernes el “Sao Paulo”, de origen francés y desde hace años fuera de servicio. La nave estaba llena de sustancias tóxicas y cancerígenas en sus 266 metros de largo. Leandro Ramos, director de Programas de Greenpeace Brasil, expresó su molestia por los hechos ocurridos. También salieron a protestar otras tres ONGs, Sea Shepherd, Basel Action Network y Greenpeace, expresando que se ha causado un daño medioambiental “incalculable”. En su descargo, la Marina brasilera aseguró haber hecho estudios técnicos, que corroboraban la viabilidad del su hundimiento.
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