En diversas ciudades chinas, han aumentado el número de funcionarios policiales en las calles, con el objetivo de impedir todo tipo de manifestaciones que se han desarrollado contra las políticas sanitarias estrictas que Beijing ha mantenido desde el inicio de la pandemia, desde hace más de dos años. Además las calles de la capital china, se han llenado de vallas que intentan impedir que los manifestantes se reúnan. La policía tiene órdenes de revisar los celulares de las personas que se encuentran caminando por las arterias, en busca de imágenes que puedan ser comprometedoras, o incluso, programas que permitan eludir la censura gubernamental por internet.
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