Nicolás Arriagada Díaz: Fundador agrupación medioambiental “Guardianes del Pehuenche”, llama al Gobierno a unirse a campaña "Lento por la Fauna", para salvar vidas inocentes en la ruta Paso internacional Pehuenche | Publimicro

Nicolás Arriagada Díaz: Fundador agrupación medioambiental “Guardianes del Pehuenche”, llama al Gobierno a unirse a campaña «Lento por la Fauna», para salvar vidas inocentes en la ruta Paso internacional Pehuenche

Santiaguino de nacimiento, pero maulino de corazón, Nicolás Arriagada Díaz, líder fundador de la organización medioambientalista, Guardianes del Pehuenche, a sus 30 años ha tomado más conciencia de la vida que muchos de sus semejantes. Si bien no es originario del Maule, posee profundas raíces en la zona. Su padre, Juan Carlos Arriagada, nació y se crió en las alturas del sector de Cipreses, un área muy conocida por la central hidroeléctrica del mismo nombre, que era explotada por la exEndesa, compañía que abastecía al 95% de electricidad al país por aquel entonces.

Por diversos problemas familiares, el padre de Nicolás se traslado muy joven donde unos tíos a Santiago, haciendo de la capital su hogar. A los 34 años, cuando había hecho algún dinero, tras laborar duro en distintos oficios y haber destacado en el rubro de la hotelería, alcanzando a ser maitre y jefe administrativo de afamados hoteles, pudo cumplir un sueño y regresar a su Maule natal. Y lo hizo comprando su propia parcela en la Suiza, en plena ruta CH_115, camino al Paso Pehuenche, a orillas de la carretera internacional, donde se construyó una modesta cabañita, lugar donde desde niño Nicolás comenzó a venir cada verano y enamorarse así de este lugar.

Santiaguino con alma maulina
En 1992, año de nacimiento del protagonista de esta historia, su padre ya se había afincado en el lugar construyendo un par de cabañas, los cimientos para su futura casa, un restaurante y un minimarket. Este último tuvo su apertura en el año 2013, lo cual fue un sueño que iba de las mil maravillas, hasta que, lamentablemente, el 2018 fallece tras una triste enfermedad. En aquel entonces, Nicolás estudiaba Tecnología Agrícola en Santiago, pero tras el deceso de su progenitor, dejó todo congelado y se trasladó con camas y petacas a su casa de la Ruta Pehuenche, para intentar continuar con “El Rancho de Juank”, el sueño de su padre y que éste no se apagara junto a él.

Desde aquel fatídico 2018, Nicolás es quién continua con el proyecto familiar. Actualmente vive solo en el lugar, administrando las cabañas para renta y el minimarket, además de trabajar con sus propias manos en el avance del rancho para así poder cumplir con la apertura de un futuro restaurante. Desde hace cinco años a la fecha, le ha tomado el pulso a lo que ocurre en este aislado rincón del Maule, donde a los cientos de vehículos, buses interprovinciales, camiones que van y vienen desde y hacia Argentina y otro tipo de vulnerables transeúntes se han vuelto una tónica en su vida.

Vigilantes del medio ambiente
Amante de los animales desde que tiene uso de razón, este joven, no sólo ha visto como su proyecto familiar ha ido tomando cada vez más cuerpo, sino que junto a él, confiesa que una sensación mezcla de rabia, impotencia, ternura y anhelo de justicia, se ha enquistado en lo profundo de su ser, alimento que hoy nutre su alma, con una única misión, poner fin a las desgracias de los que hoy no poseen voz, pero que son testigos infaustos de los más oscuro del ser humano…el abandono y la crueldad hacia los animales.

Fiel a su rabia hacia este acto de crueldad máxima del hombre hacia estos seres indefensos, nace “Guardianes del Pehuenche”, una organización que va más allá de velar por los llamados “hermanos menores”, sino que además extiende su misión en esta vida al cuidado del medioambiente de la zona, donde la preservación de la flora y la fauna son cruciales para mantener el ecosistema.
“Lo primero que me percaté cuando, ya de adulto, me embarqué en este sueño de velar por el bienestar de lo que me rodea, fue comprobar de forma dolorosa que eran los propios habitantes del lugar, los que menos se preocupaban de su entorno”, recuerda Nicolás. “Era cosa de salir a la carretera y ver las rumas de basura de todo tipo, cientos de colillas de cigarros botadas en el entorno, latas de cerveza, envases de bebidas, y bolsas plásticas por doquier, eran pan de cada día. El daño sistemático a las especies vegetales y, sobre todo, la desidia de la gente del propio sector, sumado a la falta de respeto a los animales, lo que me hizo jurar que daría todo por revertir esta atrocidad”, sostiene este joven medioambientalista.

Ignorancia humana al sumo
“Ya no recuerdo las veces que vi, con mis propios ojos, la poca empatía y respeto por los animales. En reiteradas ocasiones fui testigo como, en un asado, mientras los lugareños comían a destajo, le propinaban patadas a sus perros hambrientos, porque se acercaban a la carne que dejaban cerca», se acuerda con molestia Nicolás. “En muchas otras ocasiones me tocó ver como algunos dueños de casa ahogaban en canales cachorros cuando perras y gatas parían, desconociendo totalmente la esterilización y tenencia responsable «, recuerda.

“Fue en ese momento, cuando sin ser nadie, yo los paraba y les inculcaba que, antes de cometer un asesinato, que es un crimen doblemente sancionado cuando son cachorros indefensos, era mejor que esterilizaran a sus hembras y castrarán a su machos”, cuenta este joven ambientalista. “Varias veces me tocaban respuestas como ¿pero cómo lo voy a dejar sin sus bolas a mi perro, no es de machos eso y cosas así?”, dice sin todavía encontrar lógica a estos argumentos “Afortunadamente, cuando les explicaba los beneficios para las hembras y machos de cortar con las camadas indeseadas, sobre todo en lo que a salud y conducta más amable de los perros se refiere, ahí entendían y preguntaban cómo hacer para terminar con el problema”, evoca ya más alegre.

Al correr del tiempo, el joven Arraigada se fue haciendo un nombre en su sector. Elegido por los lugareños como presidente de la Junta de Vecinos, rol que ejerció por varios años, consiguió importantes logros en varios ámbitos y a lo que educación de tenencia responsable de mascotas se refiere, al poder montar junto a las autoridades municipales y veterinarias privadas de su comuna, exitosos operativos de esterilización que pudieron ayudar de sobremanera a controlar la población canina y felina del sector. Pero, lamentablemente, pese a todo el esfuerzo involucrado hasta hoy, cuando ya no es autoridad vecinal y solo está dedicado a refaccionar y mejorar su pequeño patrimonio, una gran pena pesa en su conciencia, hecho al cual en las pocas horas libres que le quedan, ha puesto toda su energía para poder encontrar una solución…el constante abandono y atropello de mascotas y fauna local.

Guardianes defensores de la vida
Por eso, desde su trinchera de “Guardianes del Pehuenche”, Nicolás y su equipo hoy se han vuelto unos férreos defensores de la vida animal en todas sus formas. “Es impresionante hoy ver como cada vez aumentan los abandonos de perros en la ruta. Llega a ser indignante cómo gente de todo el Maule, incluso desde la propia Talca, vienen a tirar perros de todos los tamaños y edades y somos nosotros como organización quienes debemos asumir los costos de salvar a estos seres indefensos”, señala el líder de esta organización.

“Y no sólo son las mascotas las que son víctimas de la desidia del hombre, sino también la fauna local. Zorros, gatos huiñas e incluso pumas, son permanentemente atropellados por autos particulares, camionetas faeneras y sobre todo camiones que son el tránsito habitual de la ruta tanto hacia o desde Argentina. Por eso, conseguiremos con recursos gubernamentales confeccionar letreros de advertencia a los conductores, que alertan a tener cuidado con el cruce de estos animales”, relata este joven ambientalista. “Ellos estarán instalados en distintos puntos de la carretera internacional. Sabemos que es poco lo que pueden aportar cuando pasan los vehículos a velocidades altísimas, pero al menos cada señalética instalada es un gran avance» sostiene el líder de “Guardianes del Pehuenche”.

“Nuestros sueños sería contar con el apoyo del Gobierno Regional, el MOP, Vialidad u otro organismo, que nos permita contar con presupuesto estatal y poder instalar estos letreros u otras herramientas de difusión con este mensaje en el propio Paso Pehuenche, lugar donde los conductores pueden tener el tiempo y la posibilidad de internalizar este hecho. De poder concretar eso, estoy seguro que otra sería la realidad y no habría tantas muertes inocentes que lamentar en la carretera hacia el Paso Pehuenche. En eso estamos, evangelizando y luchando para salvar vidas inocentes inculcando el respeto a la flora y fauna además de la tenencia responsable de animales de compañía.

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