El primero de febrero, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, implementó un impuesto arancelario de 25% sobre los productos mexicanos y canadienses (en caso de los hidrocarburos, sólo se aplicará el 10%) y otro 10% sobre los productos chinos, los que comenzarán a regir este próximo martes 4 de febrero. México respondió señalando que tomaría medidas arancelarias, como no arancelarias, para proteger los intereses del país, sin especificar cuáles serían. Por su parte, en Canadá, el aún ministro Justin Trudeau, informó que su país impondría un arancel de 25% sobre los productos estadounidenses, entre ellos vino, cerveza, bourbon, chocolate, carnes, té, café y frutas y verduras entre otros, devolviéndole la mano al mandatario estadounidense. Trudeau, instó a sus compatriotas a preferir y comprar productos nacionales y sostuvo que las medidas también afectarán a los estadounidenses, al aumentar los costos de los productos. China no se quedó atrás, y afirmó que tomará medidas similares para proteger los intereses del país. Es por eso que el gigante asiático, presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio, acusando al gobierno de Trump de no respetar las reglas comerciales internacionales, por su subida unilateral de aranceles. Además, el gobierno de Beijing sostiene que estas medidas económicas del presidente Trump, “afectarán inevitablemente la cooperación futura en la lucha contra el narcotráfico”.
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