Cinco médicos de dos centros médicos en la Región del Bío Bío están siendo investigados por su posible implicación en el cuasidelito de homicidio de Maite Vega, una niña de 9 años cuya muerte aún no ha sido esclarecida. Los hechos ocurrieron tras una serie de visitas al SAR de Lomas Coloradas y al Hospital Regional de Concepción, donde la menor no recibió el diagnóstico ni el tratamiento adecuado a tiempo. La falta de atención adecuada y un diagnóstico claro llevaron a los padres de Maite a presentar una querella, elevando el estatus de los médicos involucrados de testigos a imputados en la investigación que lleva el Ministerio Público. La situación se complica con alegaciones de problemas éticos en el manejo del caso por parte del personal del Hospital Regional de Concepción, incluyendo presiones a los padres para que firmaran documentos que eximirían de responsabilidad al hospital. El director del hospital, Claudio Baeza, asegura que se está colaborando con la investigación y que un sumario interno está en curso para esclarecer los procedimientos seguidos. Mientras tanto, el abogado de la familia, Ricardo Teran, ha destacado las deficiencias en la atención médica que recibió Maite, tanto en el SAR como en el hospital, donde no se le dejó en observación ni se le proporcionó la urgencia médica necesaria, lo que evidencia serias fallas en el sistema de salud que atendió a la menor.
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