Este lunes pasado, el Gabinete de Seguridad de Israel aprobó el plan para “ocupar y retener los territorios” de la Franja de Gaza, que permitirá desplazar a la población palestina que vive ahí, unos 2,1 millones de personas hacia el Sur, para “protegerlos”, según señalaron. De este modo, ahora se aplicará la ocupación de los territorios y ya no más las incursiones de tropas israelíes en la zona. Esta decisión pone en jaque que se logre llegar a un acuerdo de paz con Hamás. La organización extremista tenía como requisito para esto, que las tropas del Gobierno de Netanyahu se retiraran de la Franja. Con respecto a permitir el ingreso de ayuda humanitaria al enclave -tras dos meses de bloqueo- Israel quiere que haya un número reducido de Centros de distribución en el Sur de Gaza, y otro en el centro, en un área militar, para evitar de este modo, que “Hamás tome el control de los suministros. Las ONGs internacionales criticaron la medida. Para poder llevar a la práctica el plan, Israel comenzó a llamar a filas a sus reservistas, a quienes motivan diciendo que tras estas operaciones militares, se logrará recuperar a los 24 rehenes que se estiman aún están con vida.
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