“El Proyecto Dominga amenaza un ecosistema único”, alertó Greenpeace al Gobierno, señalando que la mina a cielo abierto y la construcción de un puerto de carga en el norte de Chile, a 30 kilómetros del archipiélago de Humboldt, son un crimen para el medioambiente. La organización le pidió al Presidente Boric proteger a como de lugar la zona, ya que la concreción del proyecto implicaría «deteriorar de modo irremediable una de las zonas más valiosas en vida marina de nuestro planeta».
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