70 diplomáticos y funcionarios rusos que trabajaban en la Embajada Rusa en Bulgaria, fueron declarados “persona non grata” por el gobierno de Sofía a finales de junio. La drástica decisión se tomó tras ser acusados de espionaje. Kiril Petkov, Primer Ministro de Bulgaria, señaló que estas personas estaban relacionadas con los servicios de inteligencia rusos y operaban contra los intereses de Bulgaria. El día de ayer se venció el plazo otorgado por las autoridades búlgaras para que salieran del país, y lo hicieron en dos aviones con destino a Moscú.