Cerca de 500 personas han sido detenidas y al menos 440 policías resultaron heridos, luego de la dura jornada de protestas del día jueves en Francia, contra la política de reformas de pensiones del gobierno de Emmanuel Macron. El Ejecutivo responsabiliza a la extrema izquierda por los actos de violencia que se manifestaron principalmente en ciudades como Nantes, Lorient, Burdeos y especialmente en París, donde los manifestantes más violentos lanzaron bombas molotov a la fuerzas del orden. Junto a este dantesco espectáculo, se agrega la huelga de los recolectores de la basura, que agravan aún más la situación, ya que algunos manifestantes han incendiado los contenedores para marcar su presencia. Pese a todo, el gobierno no plantea renunciar a su decisión de posponer la edad de jubilación de 62 a 64 años. Tal como ocurrió en Chile, el estallido social francés, busca doblar, a como dé lugar, la voluntad del Ejecutivo galo.
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