En el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul, Turquía se jugó este sábado la final de la Champions League, entre el Manchester City y el Inter de Milán. Con un comienzo donde se vio más aguerridos a los del City, la balanza se inclinó hacia el equipo inglés. Tendría que llegar el minuto 12º, cuando el Inter avisó de su presencia en la cancha. En el minuto 25º, fue el turno de Haaland de abrir el marcador para los “ciudadanos”, pero no pudo concretarlo. A los 35º debió salir por lesión Kevin de Bruyne, desarticulándose el juego de los ingleses. Recién a los 67º, luego de una notable jugada colectiva del City, el español Rodri Hernández anotó el único gol del encuentro. A los 77º, el joven británico Philip Walter Foden, estuvo a punto de anotar la segunda cifra, pero el arquero del Inter André Onana, adivinó la jugada y lo impidió. En una arremetida desesperada, a los 88º con una jugada descomunal de los italianos, el belga Romelu Lukaku se perdió el gol del empate, atajando casi por instinto el arquero del Manchester City, asegurando así la “orejona” para el cuadro inglés.
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