En la reunión entre Vladimir Putin y el Ministro de Defensa Serguéi Shoigú, transmitida por televisión pública a Rusia, el mandatario ruso exigió “que no escape ni una mosca”, en relación con los casi 2.000 ucranianos que todavía resisten en la acería de Azovstal, en la ciudad ucraniana de Mariúpol. Con este cambio de estrategia, Putin pretende resguardar sus tropas y no introducirse dentro del complejo industrial, ya que según Rusia, Mariúpol está ya en su poder.
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