Una nueva noche de furia vivió Francia, tras por la muerte de Nahel, un joven de ascendencia afroeuropea, de 17 años, ejecutado de un balazo el martes por agentes policiales, cuando no se detuvo ante un control porque no tenía carnet de conductor en la localidad de Nanterre. Tras conocerse el asesinato del adolescente, los desmanes se han extendido por toda Francia, desde su suburbio parisino al oeste de la ciudad -a donde llegó un ministro del gobierno a presentar las condolencias a su familia- a Lille y Toulousse, donde hubo incendios de autos, de basureros y de buses en los barrios populares. Pero también la tensión llegó a ciudades más lejanas como Lyon, Bordeaux, St Etienne y Marsella. Más de 2000 policías se han desplegado, con gases lacrimógenos y grupos anti disturbios para frenar la violencia. Pero en Nanterre, Dijon, Virry Chatillon en Essone y en el barrio popular Mirail de Toulouse había en la noche de este miércoles barricadas, enfrentamientos con la policía, incendios de ómnibus y de autos.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis