Vinicius sin balón de oro: él y el Real Madrid contra todos | Publimicro

Vinicius sin balón de oro: él y el Real Madrid contra todos


Sebastián Fuentes Barraza
Sociólogo

Solo contra todos es el título de una cruda película del director argentino Gaspar Noé, que transmite la horrible espiral de descenso moral que puede acarrear el rechazo social. Yo hace tiempo que temo por Vinicius, el futbolista brasileño del Real Madrid que se ha enfrentado al rechazo social. Temo desde que en muchos estadios españoles le gritaran reiteradamente mono, desde que se colgara un muñeco de él en un puente, desde que hinchas y periodistas lo responsabilizaran a él de las situaciones de racismo vividas, desde que el alcalde de Madrid tergiversara sus declaraciones respecto al racismo en España, queriendo someterle a pedirle disculpas a ese país; y la última, que fue este martes, temo porque injustamente el mejor no fue premiado como el mejor, es decir, que la revista France Football no le entregó el balón de oro. ¿Quién queda del lado de Vinicius?

El Real Madrid, el mejor y más respetable club del mundo, al enterarse que Vinicius no recibiría el balón de oro, decidió que nadie de su delegación acudiera a la ceremonia de premiación. Esta decisión probablemente fue comandada por el presidente del club Florentino Pérez, que como buen hombre sabio, es capaz de ver varias jugadas más adelante en el tablero. Si cuando le insultan impunemente, se le dijera “deja que las instituciones funcionen”, si cuando no es premiado como merece, se le dijera “deja que las instituciones funcionen”, Vinicius sería sometido por los mediocres, se hallaría solo y no sabemos qué pasaría con él a futuro en su fuero interno, por eso, la reacción de Florentino de cerrar filas en Vinicius fue impecable.

El problema de atosigar a una persona impidiéndole desarrollar lo mejor de sí ya lo identificó el escritor ruso Dostoievski. Me permito transcribir una cita completa, porque describe a las claras las consecuencias: “si el hombre está insatisfecho, si no encuentra medios para expresarse y mostrar lo mejor que guarda en su interior (no por vanidad, sino como resultado de la muy natural necesidad humana de comprender, realizar y determinar su Yo en la vida real), tropieza de inmediato con algún acontecimiento de lo más inverosímil; ora —con perdón sea dicho— se entrega a la bebida, ora se vuelve un jugador empedernido y tramposo, ora se convierte en camorrero, ora acaba por volverse loco de amor propio, al tiempo que desprecia su amor propio e incluso sufre por tener que sufrir a causa de algo tan nimio como el amor propio. Y uno mira y sin querer llega a la conclusión casi injusta, incluso hiriente, pero en apariencia muy factible, de que tenemos poca conciencia de la propia dignidad, de que tenemos poco del egoísmo necesario, y de que, por último, no estamos habituados a hacer el bien sin recompensa alguna”.

Repitámoslo, “no estamos habituados a hacer el bien sin recompensa alguna”, si se quiere, que se vea como defecto humano, pero es así, dolería jugar bien al fútbol y no ser premiado por ello.
Vinicius ya se ha vuelto en la cancha un camorrero, y de la locura del amor propio ya empieza a dar señales cuando en sus RRSS escribió: “lo haré diez veces más si es necesario. No están preparados.” Como advirtiendo: volveré a ser el mejor una y otra vez hasta que ustedes no puedan ocultarlo. Tres son los criterios que evalúa el balón de oro: estado de forma (que es el único criterio que importa para elegir al mejor), títulos logrados e imagen pública (que es el criterio que nada importa para elegir al mejor). Puede ser que la imagen pública de Vinicius no sea buena, porque provoca a sus adversarios, se ha enfrentado a sus agresores y ha realizado denuncias públicas de racismo que han levantado polvareda. El Real Madrid tiene sus propios frentes que afectan su imagen pública, como el caso de la promoción de la Superliga, que plantea una competición manejada exclusivamente por los clubes sin el alero de la FIFA. Sea por A o por B, pareciera que lo extrafutbolístico impidió a Vinicius ganar su balón de oro, porque por estado de forma y títulos fue el mejor.

Vinicius y el Real Madrid son los mejores, y al no asistir a la premiación defienden su honra y hacen bien. Dostoievski escribió: “en el puesto en el que uno se coloca porque considera que es el mejor (…), allí debe, según creo, permanecer y arriesgarse sin tener en cuenta ni la muerte ni cosa alguna, más que la deshonra.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.

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