Trumpismo: Y su impacto en los modelos de gobierno | Publimicro

Trumpismo: Y su impacto en los modelos de gobierno


Enrique Cantero Molina
Antropólogo de Contextus ltda.

Hoy en día se ha vuelto muy popular la política confrontacional que intenta bombardear algunas ideas establecidas o consensos que existen en las democracias occidentales, respecto de libertades y derechos adquiridos en el proceso histórico mundial y de cada nación. Líderes como Trump no solo cuestionan la política contingente y el actuar de los distintos gobiernos en tal o cual materia o medidas, sino que cuestionan las bases de la convivencia social, los derechos humanos, derechos laborales, de salud, las libertades individuales en sus distintas expresiones, género, identitarias, etc, planteando, en un nivel no muy profundo, las desventajas económicas y sociales de la benevolencia, la solidaridad, el ambientalismo, la igualdad, la comunidad, entre otras.

En estos estilos de liderazgo, poco ortodoxos, vale decir sin filtro, a veces grosero, despreciativo y con muy poco sentido de la diplomacia, convivencia social y respeto a los demás, estas ideas son repartidas por distintos medios como la televisión, la radio y las redes sociales logrando adherentes diversos, en origen social, económico, religioso, étnico, etc, pero con una cosa en común, la convicción que esas ideas lograrán sacar del pozo a una sociedad malograda y consumida por la corrupción y libertinaje.

De paso se construye un enemigo común, que no es otro que aquél que no está de acuerdo con esas ideas, algo bastante simple pero efectivo. Con apelativos como Progre, Woke o similares, se pretende acallar a los detractores, considerados enemigos del crecimiento económico y “las buenas costumbres”. Esta construcción del enemigo común tiene un largo alcance y no queda en las fronteras de un país, sino que trasciende a otros países, pudiendo ser prácticamente cualquiera, un intelectual, un empresario, un presidente, un dirigente social, un actor famoso, un profesor destacado y un largo etcétera. Nadie podría estar a salvo de tal persecución política.

La denominada “batalla cultural”, es en realidad el afán de imponer mediáticamente ideas que consolidan los valores del neoliberalismo por sobre el conocimiento científico acumulado. Es decir, los defensores del estilo confrontacional cuestionan que tanto la ciencia como las humanidades, hayan generado un cúmulo de conocimiento que hoy nos permite decir que el calentamiento global existe, que los animales sufren o que el ambiente social circundante forja a los seres humanos. Así, el conocimiento científico acumulado pasa a ser un aparataje intelectual e ideológico que no permite el crecimiento económico de las naciones por elevar los costos de la producción masiva. De esta manera se pretende justificar las acciones radicales de algunos gobiernos, culpando a la excesiva burocracia, las restrictivas leyes laborales o simplemente apelando a las leyes divinas.

El futuro plantea una gran disyuntiva frente a la elección de nuestros representantes políticos y líderes, pues tenemos un mundo que se polariza entre el consumo masivo y el espectáculo, y, por otra parte, un mundo que exige mayor conocimiento y veracidad para tomar mejores decisiones de forma racional. Idealmente para otros, una mezcla entre ambos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.

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