El Comité Noruego del Nobel otorgó el Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado, líder opositora venezolana, en una decisión que dejó fuera al presidente estadounidense Donald Trump, quien había manifestado públicamente su aspiración al galardón. Machado fue reconocida por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos en Venezuela y su lucha por una transición pacífica hacia la democracia. En sus declaraciones, dedicó el premio al pueblo venezolano y a Trump, agradeciendo su apoyo a la causa de la libertad. Sin embargo, la noticia generó descontento en la Casa Blanca, donde Trump y su equipo expresaron su decepción. Steven Cheung, director de Comunicaciones, criticó al comité por anteponer la política a la paz, destacando los esfuerzos de Trump en la resolución de conflictos internacionales, como el alto al fuego entre Israel y Hamás. Reacciones similares surgieron desde Israel y Rusia: el primer ministro Benjamín Netanyahu afirmó que Trump merecía el reconocimiento por sus logros en materia de paz, mientras que Vladimir Putin elogió su labor en la solución de crisis complejas, aunque cuestionó la credibilidad del premio en ocasiones anteriores. El comité, por su parte, defendió su decisión basándose en el testamento de Alfred Nobel, que prioriza la fraternidad entre naciones y la reducción de armamento, valores que, según indicaron, guiaron la elección de Machado. Este episodio subraya las tensiones entre las expectativas políticas y los criterios establecidos para los premios internacionales.
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