En un armario del museo de la ciudad de Hobart, Australia, fueron hallados los restos del último Tigre de Tasmania. El marsupial, una hembra, murió en 1936 en un zoológico de la misma ciudad y se entregó su cuerpo al museo. Durante 85 años se perdió el rastro de los restos, incluso se pensó que se habían eliminado por equivocación. Pero afortunadamente seguían en el museo, en un armario sin catalogar. Para fortuna de los curadores del recinto, se encontró el informe de un taxidermista, que motivó una nueva búsqueda de los huesos y la piel del tilacino o tigre de Tasmania. Lamentablemente, su especie se extinguió de la faz de la tierra, producto de la incontrolable caza humana.
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