A cinco días de las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2025, la región de Atacama se encuentra inmersa en una intensa disputa por un escaño en el Senado, protagonizada por la senadora Yasna Provoste (DC) y la diputada Daniella Cicardini (PS). Ambas candidatas, con respaldos sólidos en comicios anteriores, compiten en un escenario marcado por la falta de acuerdos en la oposición, que presenta listas separadas, dificultando la concentración de votos frente al oficialismo. La circunscripción, actualmente representada por Provoste y el senador Raphael Prohens (RN), cuenta con 11 aspirantes para dos cupos, donde se anticipa que uno corresponderá a la oposición. La polémica se ha intensificado recientemente con acusaciones cruzadas de irregularidades y corrupción. Provoste ha criticado al alcalde Maglio Cicardini, padre de la diputada, por presuntas presiones administrativas en favor de la candidatura de su hija, según investigaciones de la Contraloría Regional. En respuesta, Daniella Cicardini ha denunciado una «campaña sucia» vinculada a la red del caso Hermosilla, acusando a Provoste de conexiones con figuras involucradas. El tono de la contienda ha escalado, con declaraciones públicas que reflejan tensiones personales y estratégicas, mientras los candidatos buscan capitalizar sus bases en Vallenar y Copiapó, respectivamente. Este contexto electoral subraya la fragmentación de la oposición y los desafíos para la cohesión política en la región.
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