Luego que la Superintendencia de Bancos ordenara que desde este 1 de agosto, todos los bancos de la plaza, dieran por finalizado el uso de las tradicionales tarjetas de coordenadas para realizar transacciones digitales, la polémica fue la tónica. La medida impulsada por la Comisión para el Mercado Financiero, ha sido cuestionada duramente por el efecto negativo que tendrá en los adultos mayores. En esa línea, el presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios, Hernán Calderón Ruiz, si bien valoró la medida en términos de seguridad, lamentó que no hubiera venido acompañada de un mecanismo que permitiera mejor acceso al sistema bancario digital para la tercera edad. Desde el Servicio Nacional del Consumidor sostuvieron que estas modificaciones se alinean con su reciente Agenda Antifraudes. Sin embargo, reconocen que “implican una transición tecnológica importante para los usuarios del sistema financiero y podrían impactar a las personas mayores, quienes, como grupo de consumidores hipervulnerables, podrían enfrentar dificultades en el acceso y la adaptación a los nuevos medios de verificación electrónica. Asociaciones de adultos mayores temen que si no se buscan mecanismos seguros y amigables hacia los adultos mayores, no solo podrían ser “desbancarizados”, lo cual obligaría a manejar dinero en efectivo, con el consabido peligro de ser víctimas de robos.
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