Sebastián Fuentes Barraza
Sociólogo
El pasado domingo, sin ayudas, Javier Milei (que creó su propio partido) se impuso en las primarias presidenciales del vecino país Argentina, y con ayudas (de los medios y de la gente) alcanzó las portadas de los tabloides del mundo y los trending topic de las redes sociales. El motivo del protagonismo en medios y redes, fue que ganara lo que denominan “ultraderecha”. Viene siendo corriente que los presidentes salgan “progres o fachos”. Esto, podemos creer, es un signo de los vulgares tiempos en que vivimos.
En donde haya ciudadanos y medios de comunicación con capacidad analítica, se podrán estudiar las candidaturas en sus contextos y alcances, así encontrarían diferencias sustantivas entre las opciones políticas de gobierno. De no ser el caso, incapaces de analizar, no podrán ver diferencias y clasificarán los candidatos en los rótulos más simplistas, los bandos “progre” y “facho”. Claro que también podría ser el caso que, efectivamente, los candidatos sean caricaturas de los extremos y los rótulos les correspondan. Sea como sea, en ambos casos, hay vulgaridad.
¿No se quiere o no se pueden encontrar diferencias entre Milei, Bolsonaro y Kast, entre Abascal, Meloni y Trump? Quizás ya no son los tiempos del razonamiento y valen más los sentimientos. La palabra “ultraderecha” (sea lo que sea que signifique), despierta animadversión y así se consiguen visitas en diarios y las redes. También los candidatos ayudan a la confusión, con fotografías y saludos entre ellos en las redes, como si todos fueran de la misma empresa (en todas las acepciones de la palabra).
Los tiempos vulgares que corren, consisten en saciar las emociones y necesidades del ahora, y los candidatos que triunfan son los que aparecen dispuestos a saciarlas. Primero, aparecen los que prometen cambiar todo en lo inmediato, luego los que detendrán el cambio en lo inmediato. Y en el medio, los menos vulgares, que serían las gentes sin ideologías políticas que no les interesan ni los “progres” ni los “fachos”, sino gobiernos con unidad y perspectiva del mañana.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis