Al menos unas 400 familias que incluso podrían aumentar a 500, fueron engañadas con la venta de falsos subsidios habitacionales para realizar de manera más expedita la tramitación de sus casas propias. Cada víctima debió entregar entre $ 200 mil y en algunos casos hasta $ 1 millón de pesos a una agrupación conformada por unas 10 personas, que estaba operando en Curicó al menos por unos cuatro años. Entre los integrantes de la red, había un guardia de seguridad, el que permitía el ingreso de las víctimas a una vivienda en construcción, para simular la autenticidad de la operación, además de una persona que trabajaba en una notaría que daba validez a documentos falsos. Otras tres mujeres se encargaban de contactar con las víctimas. Los afectados recién se pudieron dar cuenta que habían sido estafados, cuando al asistir a la ceremonia de entrega de las llaves de las viviendas, éstas fueron dadas a los dueños verdaderos de las mismas. Algunos de los afectados, incluso fueron directamente a las casas de una de las supuestas estafadoras para exigir la devolución de sus dineros. La Directora Regional del Serviu, Paula Oliva, fue categórica en sostener que “no existe forma de obtener un subsidio producto de un pago o de un aporte que se haga a una persona particular”.
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