El ministro de la Corte Suprema, Diego Simpértigue, se encuentra en una situación crítica tras ser suspendido por dos meses, enfrentar una acusación constitucional y ser imputado por corrupción en el caso «Muñeca Bielorrusa». La suspensión, decretada por el fiscal judicial Jorge Pizarro, entró en vigor esta semana, coincidiendo con la confirmación de la fiscal regional Carmen Gloria Wittwer sobre su condición de imputado por delitos de corrupción. Simpértigue está involucrado por realizar viajes en crucero con los abogados Eduardo Lagos y Mario Vargas, quienes también son imputados y se encuentran en prisión preventiva, además de haber votado a favor del consorcio Belaz Movitec en un litigio con Codelco. También se investiga su participación en la arista «Fundamenta», relacionada con pagos a una inmobiliaria para influir en la composición de la Sala de la Corte Suprema. A esto se suma la aprobación unánime de la acusación constitucional por la comisión de la Cámara de Diputados, presidida por Maite Orsini, quien criticó la falta de pruebas en su defensa. La votación en la Sala está programada para el 15 de diciembre, horas antes de que el Pleno de la Corte Suprema defina su nueva presidencia, donde Gloria Ana Chevesich podría convertirse en la primera mujer en asumir el cargo. Este escenario subraya la gravedad de las acusaciones y su impacto en la integridad del sistema judicial chileno.
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