Ernesto Reinoso Rojas
Sociólogo, © Magíster en Ciencias Sociales / Diplomado en prevención social del delito / Diplomado en educación superior, Profesor Universitario
Ya van varios años que los chilenos están discutiendo la posibilidad de tener una nueva constitución que reemplace a la actual, que a estas alturas a pocos representa. Ello ha generado una natural incertidumbre entre la población, especialmente cuando no se tiene claro cuáles serán las reglas básicas de la convivencia de un país. Si bien, ya hemos vivido la experiencia de un fallido primer intento de cambio, donde tras meses de controversia y discusiones bizantinas, el triunfo de la opción Rechazo, con un 62% de las votaciones -hecho a través de las urnas- lo único que logró fue aumentar la ansiedad por el tema, además de generar daños colaterales no esperados. Al no tener claridad sobre una carta fundamental que nos guíe, el país sigue estancado. No se está invirtiendo y por ende no se está creciendo.
Tras apenas cuatro meses del fracaso primer plebiscito, Chile se dio una segunda oportunidad. Tras intensas negociaciones en el Congreso y luego que el Parlamento aprobara la reforma constitucional que habilita una nueva fase constituyente, se dio el vamos a la creación del Consejo Constitucional, organismo que llegó a reemplazar a la controvertida Convención Constitucional, una suerte de entusiastas simpatizantes de todo el espectro político, que hicieron más noticia por sus febles y cuestionados desempeños, que por el trabajo para el cual fueron seleccionados. En su reemplazo, en este nuevo ejercicio, llegó a reemplazarlos un grupo 2.0, los cuales llegaron acompañados de la sapiencia de sus miembros, todos distinguidos profesionales en sus áreas, quienes finalmente entregaron una propuesta constitucional que -a pesar de sus luces y sombras- pareciera ser mejor construida que la lograda en el ejercicio anterior.
Más de lo mismo
Con la entrega al Presidente Boric, hace un par de días en la sede del Congreso Nacional en Santiago, del texto propuesto por el Consejo Constitucional, fue el propio Jefe de Estado quién señaló “nuestra principal responsabilidad como Gobierno, y la mía como Presidente de la República, es que la ciudadanía pueda expresarse con plena libertad en el plebiscito”. En esa línea, solo resta imaginar quién realmente ganará si vence el “A Favor” o el “En Contra”. ¿Será la derecha con su propuesta de una versión modernizada de la Constitución del 80 si vence el “A Favor?, o en cambio, ¿de ganar el “En Contra”, será la izquierda que se negará a justificar una constitución hecha a la medida de un sector ultraconservador? Como sea, la decisión no es menor y el camino que tomemos, sin duda repercutirá en la vida de todos los chilenos, para muchos de los cuales este Plebiscito es simplemente “más de lo mismo”.
Es en este escenario cuando los expertos en Ciencias Sociales, cumplen un rol fundamental, al intentar explicar el impacto que podría llegar a tener en la sociedad chilena, un nuevo intento por darnos una carta fundamental. Ernesto Reinoso, Sociólogo y profesor universitario, socio fundador de Contextus Ltda., es uno de los profesionales que hoy está preocupado por lo que va a pasar en esta segunda tentativa por contar con una renovada constitución, si una de las dos opciones en juego (A Favor o en Contra) triunfa sobre la otra el próximo 17 de diciembre.
Experto en temas de encuestas y política, Reinoso desde su apreciación, señala que en base a lo que los sondeos de todo tipo señalan, donde casi todas señalan un hipotético triunfo de la opción “En Contra”, éste se produciría básicamente más por el malestar de la ciudadanía hacia el mundo político, que un triunfo de un sector específico, en este caso, quienes no comulgan con ideas ultraconservadoras. “Tengo la sensación, en base a los datos que he visto a nivel nacional y de acuerdo con algunas lecturas que hemos realizado como empresa del área al respecto, que toda la gente está expectante, que, si gana el “A Favor”, sería un triunfo para Kast, como por el contrario si vence el “En Contra”, de alguna medida sería un triunfo para el Gobierno”, pero en lo personal creo que ambas posturas, no están en lo correcto.
“Solo es cosa de analizar que cualquiera alternativa que gane, dice relación con el malestar ciudadano latente hacia el mundo político. Si nos remitimos a las encuestas, hay algunas que dan un triunfo casi holgado del En Contra, pero si lo desmenuzamos hoy, a nivel proyectivo -sostiene el experto- es altamente probable que esa diferencia se acorte, sobre todo pensando que ni siquiera comienza el despliegue de campañas. De hecho, los analistas más serios sostienen que adportas de la elección es probable que se llegue a un 45% A Favor y un 55%”.
“Lógica del péndulo”
Para el sociólogo, el interés de la gente a este proceso que culmina el 17 de diciembre, es inversamente proporcional al anterior. En otras palabras, “a medida que se va acercando la fecha del Plebiscito, la gente le ha ido perdiendo el interés, ya que sienten que el proyecto que se entregó al Presidente, no cuenta con una legitimación real de la ciudadanía y eso redundaría en la pérdida de sintonía que la Opinión Pública tiene hacia él. De hecho, sostiene Reinoso, muchos expertos hablan de que este proyecto constitucional que se votará, está escrito básicamente en base a “La lógica del péndulo”, es decir “textos partisanos” casi “hechos a la medida” de una sola mirada política, en este caso la derecha extrema, corpus por lo demás no muy distinto a lo que ocurrió con el primer texto rechazado, que se inclinaba más hacia el ámbito ciudadano y con una fuerte presencia de partidos de izquierda.
Para el Director de Contextus, es crucial además considerar que actualmente hay un notorio cansancio electoral. Desde hace cuatro años que hemos estado involucrados como sociedad en votaciones, algunas voluntarias y otras obligatorias, lo cual en alguna medida ha ido mermando el deseo de participación a nuevos comicios. Y si a ello, le agregamos todos los escándalos de corrupción que se han develado en los últimos meses, tenemos claramente a un votante chileno, desencantado de la casta política y cansado de ser obligado a acudir a votar por una u otra opción que poco o nada lo convence.
A todo lo ya expuesto, se debe sumar que en Chile no hay una cultura de lectura enquistada, condición sinequanon para poder avalar una razonada elección. Frente a lo expuesto, es muy probable que un porcentaje marginal de la población conozca y entienda efectivamente todos los puntos involucrados en este texto que se está pidiendo votar. Si sumamos todas esas variables y le agregamos las proyecciones de muchas encuestas nacionales y regionales que como Contextus hemos hecho en el Maule, entonces tenemos que la opción más posible de alzarse triunfadora sea efectivamente la “En Contra”, sostiene Reinoso.
De darse este escenario, con un electorado inclinándose, tal vez no tan abismantemente como el proceso anterior, por la negativa hacia el texto constitucional, para el Director de Contextus puede que nos volvamos el hazmerreir de la región, al avalar con nuestros votos el rechazo por segunda vez a un proceso constitucional (seríamos los primeros a nivel mundial en rechazar dos procesos constitucionales seguidos), con la consabida pérdida no sólo de presupuesto fiscal, tiempo y recursos de todo tipo, sino lo que es más grave, con la absoluta pérdida de la confianza de la ciudadanía hacia la política.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis