La sequía persistente en Coquimbo continúa afectando gravemente a la producción de pisco, un emblema regional. Egidio Rigotti, presidente de Capel, destacó la drástica caída en la producción de uva pisquera desde 200 millones de kilos en 2000 a solo 50 millones en la actualidad, marcando una disminución del 75%. Este descenso no solo refleja el impacto directo de la escasez de agua, sino también plantea preocupaciones sobre la viabilidad futura de esta industria. Rigotti enfatizó la necesidad de medidas sostenibles para preservar la producción, sugiriendo que sin una solución a la crisis hídrica, la región podría enfrentar desafíos aún mayores para mantener la producción de pisco a nivel histórico. La comunidad agrícola local está buscando estrategias para adaptarse, como la implementación de tecnologías de riego más eficientes y el fomento de prácticas agrícolas que minimicen el consumo de agua. Esta situación también ha reavivado el debate sobre la gestión de recursos hídricos y la planificación a largo plazo en el sector agrícola de Chile.
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